La estación de esquí más alta de Europa disfruta de una temporada prácticamente continua. La zona cuenta con pistas extremadamente largas con pronunciados desniveles. La nieve está garantizada y las vistas son impresionantes, con numerosos picos de más de 4000 metros, incluido el emblemático Matterhorn. Gracias a las próximas inversiones en las instalaciones, el ascenso desde Cervinia hasta la meseta será aún más rápido. La pista Ventina es imprescindible.